Todos los contribuyentes deben verificar si han realizado alguna
operación comercial con una EFOS que aparezca dentro de la lista negra del SAT,
esto para prevenir cualquier situación que pudiera afectarle y demostrar en
tiempo que los bienes o servicios facturados, realmente existieron.
Es recomendable mantenerse al tanto de las actualizaciones que realiza el SAT en las listas, ya que, periódicamente pueden cambiar, es decir, si una empresa aparece en la lista de “Presuntos”, en poco tiempo, podría aparecer ya en la lista “Definitivos”, por lo tanto, el receptor se convertiría en una EDOS. En caso de tener relación comercial con una EFOS que se encuentra en la lista de “Definitivos”:
Operaciones reales: lo único que deberás hacer es comprobar la operación real al SAT con la documentación requerida en un plazo menor a 30 días hábiles.
Operaciones simuladas: deberás presentar las declaraciones complementarias en un plazo menor a 30 días hábiles para corregir la situación fiscal, disminuyendo el gasto amparado en la factura y pagando los impuestos deducidos indebidamente.
También se ha escuchado mucho mencionar que tengas cuidado con las facturas falsas y la siguiente pregunta que todos nos formulamos es, ¿Cómo poder identificar una factura falsa?
Igual a cualquier
otra, es válida porque cuenta con los elementos formales y autorizados de toda
factura. Lo que la hace falsa es su contenido, que se presume verdadero (y por
ello la transacción logra tener consecuencias fiscales); es hasta que el Fisco
revisa la factura donde detecta que la operación es simulada, en realidad no
existe.
Recuerda, si la
transacción es inexistente, la factura puede referir:
a) Cifras de
dinero nunca pagadas (del “Banco de la Fantasía”) por operaciones que no
existieron para efectos de una evasión fiscal; o
b) Puede
amparar dinero que sí fue objeto de una transacción, aunque no la operación y
así tomarlo como lavado de dinero.
En caso de ser necesario, pide orientación a AG Contadores para resolver
cualquier situación de manera correcta y con calma.
Por: L.C.P Gonzalo Ávila
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