En el ámbito fiscal, son muchas las maneras de burlar al Sistema de Administración Tributaria para generar recursos ilícitos para algunos contribuyentes. Una de ellas es la creación de entidades que realizan operaciones simuladas, de modo que merman la base de recaudación de impuestos federales mientras realizan actividades ilícitas.
Estas entidades son conocidas como EFOS (Empresas que Facturan Operaciones Simuladas y EDOS (Empresas que Deducen Operaciones Simuladas). Las primeras, como lo dice su nombre, se encargan de emitir comprobantes fiscales por compras, operaciones o servicios que no se llevaron a cabo. Por otro lado, las EDOS son aquellas que adquieren dichos comprobantes y los adhieren a los gastos de operación de su empresa, esto con la finalidad de reducir los impuestos que les corresponde pagar.
Los impuestos que más se evaden por medio de estas prácticas son el Impuesto Sobre la Renta y el Impuesto al Valor Agregado. Las empresas que deducen estas facturas declaran una cantidad de gastos mayor a los realizados en realidad y, además, cobran los saldos a favor obtenidos por la declaración de dichos gastos.
Estas operaciones son difíciles de identificar por la autoridad fiscal competente y mucho más por las empresas para las que son proveedores debido a la famosa estrategia de evasión conocida como Carrusel. Tanto las empresas factureras como las que deducen contribuyen al ejercicio de ambas partes, por lo que sus facturas parecen tener un sustento aparentemente lícito que permite su enriquecimiento antes de levantar sospechas.
El Diario Oficial de la Federación tiene a su disposición un listado de proveedores de bienes y servicios clasificados como entidades que realizan operaciones simuladas que puede consultarse de forma libre. Estas prácticas pueden ser sancionadas por la vía administrativa e incluso por la vía penal, todo con sustento en el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación.
Por: Lic. Gonzalo Ávila
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